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Fotógrafo
Humus
El cuerpo, desnudo, retorna a la tierra.
Ante la inmensidad de la naturaleza, se revela la fragilidad y la fuerza de lo humano. No hay posesión ni dominio, solo presencia.
La piel se funde con la piedra, el agua y la luz; aprende su ritmo, su silencio, su verdad.En este diálogo sin palabras, la tierra enseña.
Recordamos que somos parte de ella — materia, raíz y tránsito —, un instante más dentro de su perpetuo respirar.

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